Ser youtuber e influencer en Bolivia



Mientras conversábamos con mi mejor amigo sobre trivialidades como notas virales y algunas publicaciones de Facebook, surgió el nombre de “Yuya”, que no resultó familiar para mí, entonces  su sorpresa, ¿en serio no la conoces?
Mi negativa respuesta dio origen a su verborrea sobre los youtubers e influencers, un mundo fascinante no solo para los adolescentes como se tendría la idea, sino también para personas arriba de los 30 años como mi amigo, quien confesó pasar varias horas al día revisando los canales de Youtube de sus favoritos como Kristoff, un youtuber mexicano que muy coloquialmente habla de películas, series y TV, tratando de que sus seguidores no pierdan tiempo ni dinero en algo que no vale la pena.
Para despejar la duda inicial, Yuya es una de las youtubers más populares de Latinoamérica con gran influencia en las adolescentes y jóvenes  porque enseña tips de maquillaje, peinado y moda.



Así como ellos, hay miles en Latinoamérica y el mundo, unos más famosos que otros, tanto que incluso son incluidos en listas de celebridades de sus países, porque a la gente le interesa algo más que solo los vídeos que cuelgan. Quieren saber quiénes son y detalles de su vida privada.
Uno de los más populares, sin duda, el chileno Germán Garmendia, más conocido como Hola Soy Germán.
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Hace un año exactamente, Forbes sorprendió publicando una lista de los ‘youtubers’ más ricos del mundo. El requisito principal para estar en la lista fue que los canales tuvieran como mínimo un ingreso anual de 2.5 millones de dólares en ganancias.

En la cima se ubica el sueco Félix Kjellberg (25) que gana 12 millones de dólares al año.
Estos ejemplos demuestran que ser youtuber es muy rentable, pero no solo eso parece ser importante.

Sabes que existe otro nivel cuando la revista Time, incluye a un youtuber en la lista de los “Líderes de la Próxima Generación”, pasó recientemente con el famoso español Rubén Doblas Gundersen, “El Rubius”.

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O cuando el papa Francisco otorga una audiencia privada a un grupo de jóvenes youtubers de cuatro continentes para motivarlos a usar su popularidad e influencia en la construcción de un mundo mejor.
¿Qué pasa en Bolivia?
Según el bloguero, Hugo Miranda: “Comparado con gente como Julián Serrano en Argentina, Werevertumorro en México o Soy Germán en Chile, los bolivianos son inexistentes”.
La explicación es que “no es rentable ser youtuber”. “No conozco gente que viva de eso y también hay otros factores que pesan como no tener una buena conexión”, añade Miranda.
Al respecto, Karen Heredia, CEO de Sinapsis Digital, también menciona la baja penetración de internet en Bolivia como un factor para que no se dé un crecimiento ideal.
“Los usuarios no se van a pasar más de tres minutos viendo un vídeo en Youtube, porque la conexión no es buena o porque una gran mayoría aún usa solo paquetes de megas”, manifiesta.
Asimismo asegura que “sí existen youtubers en Bolivia solo que aún no han trascendido”, aunque destaca que están generando vídeos constantemente y haciendo comunidad. Y eso ayuda también a incrementar el número de seguidores sobre todo desde Facebook, que es la red que manda en el país.


¿Pagos de YouTube? 
“En Bolivia lo que no motiva es que el mercado es pequeño aún”, asegura Marcelo Durán, consultor en tecnologías de información. Pero se debe tener en cuenta que se puede monetizar los vídeos y ganar dinero con sus ingresos.
Para Durán, en el país todavía es difícil este mercado. “Pasa lo mismo con Twitter que no tiene activado su sistema de publicidad por baja densidad, pero si ves www.alexa.com, YouTube está entre las tres más visitadas de Bolivia”, explica.
Además ahora Bolivia ya figura en la lista de YouTube para recibir pagos directos.

“Para poder ganar dinero con tus videos monetizados, ver tus ingresos en YouTube Analytics y recibir el dinero una vez que alcances el umbral de pago, debes asociar una cuenta de AdSense aprobada con tu cuenta de YouTube. Puedes usar una cuenta de AdSense nueva o existente”, explica por su parte, Miranda.
Algo que tampoco se da mucho en Bolivia, según Heredia, es que las empresas aprovechen el potencial de estas personas en la red para hacer crecer sus marcas. “Aquí estamos aún en pañales, no están contratando a estos youtubers e influenciadores  como pasa en otros países”.
Sin embargo, esto no es impedimento para que adolescentes y jóvenes se animen a explorar el mundo de los youtubers.



Contenidos
¿Qué producir para ser exitoso? Una pregunta que no tiene una respuesta cerrada ya que todos los contenidos pueden tener audiencias depende de la forma en que se gestionen y la empatía que se logre.
“Mientras más genérico el tema más competencia; contenidos específicos, audiencias concentradas”, dice Heredia.
Videojuegos, cine, música, matemáticas, tips de belleza o simplemente la vida cotidiana, son algunos de las diversas áreas que aprovechan los youtubers.
“Cada vez es más difícil resaltar en un mundo donde hay muchas estrellas, que incluso se han convertido en celebridades”, añade Miranda.
Muchos de los youtubers bolivianos empiezan siguiendo la línea de los exitosos, una minoría se arriesga a elaborar un contenido original.



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Pero también hay casos muy destacados como el de Elías Ayaviri que tiene 95 mil suscriptores en su canal de Youtube, una cifra nada despreciable.
Ayaviri aprovecha este espacio para promocionar su música.
Su canción “Yo la quería” lanzada el 9 de julio de este año ya lleva más de un millón de vistas. “Mis vídeos han llegado muy lejos, como boliviano me encantaría hacer más”, dijo el joven sucrense en una entrevista con LOS TIEMPOS el pasado julio.



Influencers en la mira
Partiendo de la definición simple de considerar a un influencer como alguien que tiene incidencia en la opinión pública y genera impacto en diferentes ámbitos como política, moda, tecnología, entre otros, se puede mencionar a algunos bolivianos con estas características.
 El bloguero Hugo Miranda, ubica a dos personalidades como influencers, sobre todo por sus números en redes sociales y la repercusión que generan en medios tradicionales: el expresidente Carlos Mesa y el actual presidente del Estado Plurinacional, Evo Morales, con una activa presencia en Twitter, aunque por mucho tiempo se haya resistido a esta red social.

“Un influencer es alguien a quien se le escucha, que puede tener un impacto más allá de la red”, aclara Miranda.
Pero la política, no es la única temática de influencia en la opinión pública, al otro lado del puente están las jóvenes como la presentadora de televisión Anabel Angus, quien tiene una comunidad muy grande en las redes sociales, incluso una página verificada en Facebook.
Angus aprovecha su amplia audiencia para incidir y promocionar su línea de ropa.

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“Anabel Angus es una influenciadora y una de las presentadoras más queridas de la televisión y ahora con un empredimiento propio. Pone algo y llega”, dice Heredia.
Sin embargo para la comunicadora y productora de TV, Selene Pinto, “no existen influencers, pero sí gente famosa con influencia que no crea nada nuevo. Quienes generamos contenido propio somos tres locos gatos y sólo conozco el caso comercial de Bárbaro en Santa Cruz”.

Selene tienen una importante presencia en las redes sociales: Facebook con 7K seguidores, Twitter 9K, Instagram 8K, Pinterest 4K, unas 1500 en LinkedIn y en Snapchat 600 aproximadamente.
Una de sus incursiones más interesantes es justamente en esta última donde tienen una audiencia definida. “Los Millennials como yo, gente que tiene preferencia por lo auténtico e innovador”, explica.
Difunde relatos. “Soy profesora de mitología, entonces las redes me dieron un espacio para compartir mi pasión fuera de las aulas. También comparto actividades personales, ocurrencias y lo que me llama la atención. De acuerdo a cómo responde la gente modifico mis contenidos, por ejemplo, si les causa gracia mi asociación con los pandas pues la refuerzo. Jamás cuelgo negatividad ni críticas, suelo ser muy positiva y procuro inspirar a la gente con mis mensajes. Guardo mi opinión política, religiosa y lo que sea que genere controversia para mi vida off line”, dice.
Enseñar, promocionar música o contar algo interesante con gran carisma frente a una cámara y lograr que se vuelva un éxito en Youtube o logre miles de likes, no es algo que cualquiera pueda hacer; pero tampoco es una actividad que se reduzca a unos cuantos, es más, el mundo hiperconectado de hoy, demuestra que es todo lo contrario.
Aunque hay barreras, también se abren oportunidades.

Publicado también en Los Tiempos.

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