“Macacos” sin banana




Que la banana tenga un alto contenido en potasio, bajo nivel de sodio, posea nutrientes como la vitamina B6, vitamina C y otros que contribuyen a reducir los niveles de presión arterial y a mejorar la salud en general, es lo de menos, ahora que se ha convertido en una especie de “símbolo” para hacer frente al racismo.

Hace unos días las redes sociales y los medios masivos comenzaron a difundir una peculiar campaña originada por un hecho que fue calificado como “racista”. Un hincha le lanzó una banana a DaniAlvez, jugador del F.C. Barcelona en el estadio de El Madrigal a los 75 minutos de juego cuando su equipo enfrentaba al Villarreal.

Tal vez este hecho se hubiera quedado sin mayor repercusión de no haber sido por la actitud del brasileño que decidió comerse la banana en pleno campo de juego. Horas después la foto de Neymarjunto a su hijo en Instagram con esta fruta se hizo viral en minutos dando origen a la campaña  “Todos Somos Macacos”.

Pero no es la primera vez que se da esta actitud de parte de un fanático, han sido constantes las ocasiones en las que jugadores  son  víctimas de insultos o burlas por el color de su piel. Incluso, un ejemplo mucho más cercano a nosotros es el del 2012 cuando el astro brasileño Neymar (en ese entonces del Santos) jugó contra Bolívar enel Hernando Siles por los octavos de la Copa Libertadores y recibió el mismo gesto de un hincha.

Racismo, discriminación y actitudes antideportivas denunció el club del país vecino en ese entonces, pero el hecho quedó ahí.

El racismo existe en todos los niveles de la vida y es expresado de muchas maneras desde las más disimuladas por no decir hipócritas, hasta las más evidentes. Esa incapacidad de aceptar al otro es parte del lado oscuro del ser humano.

“Bolita” para referirse a los bolivianos, es algo más que común cuando un equipo nacional va al exterior. En nuestro país, “negro”, “cholis”, “strongay”, y muchos otros “calificativos” se expresan de forma natural en el campo de juego. ¿Racismo o parte de la euforia natural?

El contexto lo define, las reglas son más precisas y rígidas en Europa donde a la fecha se han logrado importantes cambios en tema de control y sanciones, pero en Latinoamérica la educación y el respeto en el campo de juego es un camino largo y con pocas luces; aunque hay antecedentes como el de Garcilaso de Perú quefue multado por la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol) con 12.000 dólares debido a la conducta racista que mostraron algunos de sus aficionados en un encuentro frente a Cruzeiro por la Copa Libertadores.

Esta vez la historia fue totalmente mediática y la repercusión fue global. La  presidenta de Brasil, Dilma Rousseff; el presidente de la FIFA, Joseph Blatter; jugadores, cantantes, periodistas e incluso figuras del ámbito político boliviano se hicieron eco de este movimiento.

Más de 100.000 personas se unieron espontáneamente usando la etiqueta #TodosSomosMacacos y publicando fotos comiendo bananas en las redes sociales; pero me queda la duda de si la esencia de esta problemática, realmente es comprendida o si tendrá acciones concretas en contra del racismo.

Cada que aparecen campañas como esta me pregunto si realmente sirven o si logran algo, porque al final siempre hay el riesgo de la banalización.

Tal vez el revuelo fue porque Neymar posó en la foto y se trataba del Barça; pero en realidad hay muchas historias anónimas o poco conocidas en el fútbol y en la vida de gente que no se saca un selfie con una banana y es víctima de discriminación, racismo o xenofobia. 

El hecho concreto es que el entorno es hostil, así que sin temor a ser fatalista, podría decir que ese  “todos somos iguales”, es y seguirá siendo una utopía.


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