Cuando
a un ciudadano, se le pide registrarse para tener un determinado servicio a
través de la web, acceder a un sistema de pagos por el celular o simplemente
comprar la entrada del cine vía internet para evitar la fila y efectivizar el
tiempo, se habla de personas con acceso a servicios que podrían mejorar su
calidad de vida.
Lograr
que la población sepa leer y escribir era una prioridad en cualquier política
de gobierno, porque el analfabetismo significaba un retroceso. Hoy, esta
barrera está casi superada, por lo tanto, el desafío es encarar un nuevo
proceso de acceso a las tecnologías de información y comunicación.
En el
contexto actual, sobresale un indicador que cada vez va ganando más espacio
como factor determinante de la calidad de vida del ser humano: tecnología y
acceso a Internet, una puerta que se abrió para mostrar la existencia de otro
mundo, al que por el momento sólo unos cuantos pueden acceder y en algunos
casos en condiciones deficientes.
Pero,
¿por qué considerar a Internet como un parámetro para medir la calidad de vida?
Originalmente, el concepto de “calidad de vida”, se remitía a ámbitos diversos como la salud, salud mental, educación, economía, política y satisfacción de servicios, ahondando también en el medio ambiente y al deterioro de las condiciones de la vida urbana.
Originalmente, el concepto de “calidad de vida”, se remitía a ámbitos diversos como la salud, salud mental, educación, economía, política y satisfacción de servicios, ahondando también en el medio ambiente y al deterioro de las condiciones de la vida urbana.
En el transcurso del tiempo se han enfatizado
diferentes elementos, la mayoría dirigidos a una concepción “eurocentrista”, hasta convertirse en un carácter
multidimensional. Lo cierto es que desde siempre se ha pensado en “calidad de
vida”.
Esta idea de entender los referentes de la calidad
de vida, son reflejados objetivamente por Dennis, Williams, Giangreco y
Cloninger (1993), quienes engloban el concepto en dos enfoques:
- Enfoques cuantitativos, cuyo propósito es operacionalizar
la calidad de vida. Aquí consideran los indicadores: Sociales (se refieren a
condiciones externas relacionadas con el entorno como la salud, el bienestar
social, la amistad, el estándar de vida, la educación, la seguridad pública, el
ocio, el vecindario, la vivienda, etc); psicológicos (miden las reacciones
subjetivas del individuo a la presencia o ausencia de determinadas experiencias
vitales); y ecológicos (miden el ajuste entre los recursos del sujeto y las
demandas del ambiente).
- Enfoques
cualitativos, que adoptan una postura de escucha a la persona mientras relata
sus experiencias, desafíos y problemas y cómo los servicios sociales pueden
apoyarles eficazmente.
Con el boom de las redes sociales, los blogs, los portales digitales de noticias y los websites institucionales entre otros; hay muchas formas básicas de la cotidianidad que se van adecuando a las tecnologías, convirtiendo a Internet, ya no sólo en un lujo con fines de esparcimiento ni de ocio; sino en una necesidad.
Hace
20 años que la empresa Telcel lanzó al mercado la telefonía móvil en Bolivia,
considerándose este hecho, la incursión de Internet en el país, posteriormente,
Entel expandió el sistema a diferentes departamentos. Hoy, 12 empresas de
telecomunicaciones y cooperativas son responsables de instalar y proveer el
servicio de Internet.
Sin
embargo, en Bolivia las conexiones, el servicio y los precios no han sido los
más óptimos. Una reciente publicación en la página en español de la BBC de Londres, basada en el informe del Observatorio
Regional de Banda Ancha de la Comisión Económica para América Latina y el
Caribe (Cepal) indica que en el
país 1Mbps cuesta casi $ 90, que es más del 50 por ciento del PIB
mensual per cápita.
Por otro lado, respecto a la velocidad, www.aerometal.com hizo referencia a un reporte de Akamai empresa proveedora de servicios relacionados a Internet, sitúa a Bolivia como el país peor ubicado de Latinoamérica al tener un 25 por ciento con conexión bajo los 256kbps, mientras que en el resto de la zona sur el porcentaje oscila entre el 0 por ciento y el 6 por ciento.
Ante
esta preocupante realidad, aún persiste el reto de la “alfabetización digital”
que busca superar
la brecha del conocimiento en medio de las limitaciones y deficiencias en la
conectividad.
Desde acceder a un curso educativo online, hasta participar de un foro o alimentar con un comentario una página de red de amigos, Internet ha posibilitado potenciar otros indicadores de la “calidad de vida” a sus máximos niveles.
Vivimos
un momento de represiones pero también de libertad desmedida, donde poner el
límite se ha convertido en un verdadero desafío, el poder que Internet otorga
es ilimitado, más allá de las precariedades tecnológicas.
Crear
un espacio de participación donde lo que uno piense sea expresado y hasta
validado por otras personas, significa ingresar a un mundo donde todo puede
pasar, donde uno se puede convertir en, no solo testigo y receptor, sino gestor
de su propio desarrollo.
Por
tanto, la verdadera utilidad de este concepto, radica en una revolución del ser
humano por consolidar un nuevo modelo de vida ante una sociedad que pareciera
haber impuesto sus normas, pero donde siempre se puede transformar y mejorar.
buen tema, en el ambito del urbanismo o planeacion denominamos como ciudades 21 o zonas @ las cuales cuentan con servicios completos de ultima generacion al alcance de sus habitantes y uno de los mas importantes es el servicio de internet gratuito en espacios publicos, es un buen indicar pra desarrolar estudios de planeacion socioeconomicos. :)
ResponderEliminarhttp://www.pcactual.com/2011/02/09/7884/ciudades_espanolas_ofrecen_internet_gratis.html#
No cabe duda que Internet ha revolucionado todo. Estoy convencida que más allá de las limitaciones obvias ha propiciado grandes espacios de comunicación e información que contribuyen a las más diversas áreas, como la tuya, en este caso. Gracias por tu comentario querido Henry. Saludos :)
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