Vivir con el Periodismo


Rescato el presente como el único tiempo real en el que es posible cambiar una sociedad sin necesidad de ser un superhéroe, solo un “buen periodista”.

Dos palabras que en la teoría parecen entenderse bien, pero no siempre en la práctica. Ser bueno y periodista a la vez, en contradiccón a lo que dice Ryszard Kapuscinski, es hasta una dualidad; pues para ser periodista a veces, se debe renunciar a ser la mejor persona.

Yo confieso haberme perdido mucho tiempo en la idea de una cómoda rutina congraciada con la conformidad donde el Periodismo fue una excusa para tener una interesante manera de contar historias y nada más.

Momentos de quiebre y reivindicación casi redención, me volvieron a traer aquí.

Gabriel García Márquez, decía: “No tenemos otro mundo al que podernos mudar”, adoro esta frase que me hace pensar en un fatalismo condicionado, que al final es una contundente verdad, sobre todo para quienes tenemos el poder de reinventar el ahora.

Al final, aparece nuevamente el tiempo con la virtud de dejar rastro de las horas pasadas y un par de lecciones aprendidas. 

Hoy, estoy consumida por algo más que la noble idea de “hacer un buen trabajo” (aún lejos de ser “buena periodista”), estoy simplemente consumida por una pasión de la que aún no soy consciente pero que disfruto plenamente.




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