Ingreso de autos chutos: luz verde a la contaminación





El incremento del parque automotor en más de un 10 por ciento, desde la puesta en marcha de la Ley de Saneamiento de Vehículos Indocumentados que ha impulsado el ingreso desmedido de autos “chutos”, prevé un impacto ambiental altamente negativo a nivel de contaminación atmosférica y acústica en nuestro medio.

Un aumento en la venta de 200 a 1.000 vehículos por día en el puerto de Iquique (Chile), fue el dato que se conoció desde el anuncio de amnistía para autos “chutos”, emitido por el Gobierno el pasado 8 de junio, una información que resulta alarmante si se piensa en el impacto ambiental que puede generar esta importación de vehículos al país.


Desde la perspectiva del Gobierno, esta normativa sólo tiene como fin apoyar la legalización y el evitar el contrabando, pues se estaría beneficiando a motorizados que ya circulan en las calles sin atentar contra un incremento desmesurado en el parque automotor;  sin embargo, reportajes desde diferentes puntos fronterizos difundidos por televisión, dan cuenta de la clandestinidad con la que se opera en esta industria.


En Cochabamba, la situación se proyecta de manera preocupante, pues según datos recogidos por el periódico Los Tiempos en fecha 5 de junio, se estima que sólo en Cochabamba,  unos 25.000 “chutos” se acogerían a la amnistía, lo que significa, un cálculo aproximado de 120.000 vehículos circulando por las calles de la ciudad.  

Pero más allá de las cifras y las perspectivas económico-políticas de esta normativa, están las consecuencias en la salud y  la alteración en el estilo de vida de las personas, que puede significar este incremento del parque automotor en Cochabamba.

Contaminantes del parque automotor

El estudio del Ministerio de Medio Ambiente y Aguas: Informe Nacional de la Calidad del Aire (2008-2009), presentado el 2010, dio a conocer a través de su cobertura de monitoreo, que Cochabamba es la ciudad más contaminada de Bolivia, en un análisis de los efectos negativos de los contaminantes que generan los motorizados en el medio  ambiente y en la salud humana.

Por su parte, los resultados emitidos por el Proyecto Aire Limpio de Swisscontact y la Red de Monitoreo de la Calidad del Aire (Red MoniCA), señalan que los gases tóxicos emitidos por el parque automotor en el departamento representan el 92 por ciento de la contaminación del aire en la ciudad.

Los contaminantes atmosféricos más comunes que produce el tráfico vehicular son el Monóxido de Carbono, los Óxidos de Nitrógeno, Compuestos Orgánicos Volátiles  y las denominadas macropartículas.


En este sentido, considerando los 92.000 vehículos que circulan en Cochabamba, más los que serán habilitados, se hacen más que evidentes, los nocivos efectos que pueden provocar.

En el medio ambiente, las consecuencias seguirían contribuyendo a la destrucción de la capa de ozono, la reducción del crecimiento y fertilidad de las plantas y los animales, y el aumento del smock.  

En la salud humana, los altos niveles de contaminación atmosférica, provocan irritaciones en los ojos, nariz y garganta, dificultades en la respiración, bronquitis, disminución en las funciones del pulmón, daños neurológicos, afecciones en la piel por el exceso de radiación solar y los –cada vez más alarmantes-  efectos cancerígenos.

En síntesis las secuelas de la contaminación atmosférica se podrían resumir en el deterioro de la calidad de vida del ser humano, que paradójicamente tiene la posibilidad de controlar, pero directa o indirectamente sólo decide ser parte del problema sin gestionar soluciones.

Contaminación acústica

Si para muchos soportar las denominadas horas pico en la ciudad, es una pesadilla, el caos vehicular que se proyecta  con la amnistía de vehículos “chutos”,  incrementará un panorama plagado de ruidos que sobrepasan la permisibilidad definida en 68 decibeles, un límite que ya ha sido superado completamente.
La contaminación acústica, no solo afectará a los conductores, sino también los transeúntes que se verán expuestos de forma indirecta a graves daños en la salud como los problemas cardiovasculares, alteraciones del sueño, pérdida de la audición, jaquecas, hipertensión y por supuesto la suma de todas las enfermedades, el estrés.



Coyuntura

La medida de amnistía para autos chutos ha generado diferentes críticas desde varios sectores de la población boliviana, sobre todo enfatizando la contradicción evidente del Gobierno del presidente Morales respecto a su política de protección de la Madre Tierra, luego de que el 2008, un Decreto Supremo prohibiera el ingreso de vehículos con más de cinco años de antigüedad.

En ese entonces la argumentación del Gobierno fue el incremento del parque automotor, dando a conocer datos que hacían referencia a un crecimiento de hasta el 62 por ciento en el periodo del 2003 al 2007, según lo publicado por el INE, destacando que hasta 2009 se tenía 900.000 vehículos, sobre todo autos viejos.

Hoy, 3 años después, bajo la justificación de que “Todos tienen derecho a tener un auto” (en palabras del  presidente Morales), se da vía  libre a la legalización de autos chutos que significa un inminente crecimiento del parque automotor en las principales ciudades del país, entre ellas una de las más afectadas, Cochabamba.

Los transportistas, organizaciones medioambientales y por supuesto la oposición, ha manifestado su postura de rechazo ante esta normativa que deja ver según estos sectores, una política gubernamental irresponsable con la sociedad en cuanto a las consecuencias económicas, sociales y medioambientales que puedan tener a corto, mediano y largo plazo.

Hasta el fin de semana, según datos oficiales de la Aduana Nacional, más de 31.000 vehículos fueron registrados, mientras en la ciudad y el país se empieza a sentir el descontento de varios sectores que expresan su rechazo a esta medida, con movilizaciones que amenazan radicalizarse.

¿Bolivia retrocede en el tema ambiental?

“La Declaración Universal de los Derechos de la Madre Tierra debe contener, entre otros, el Derecho a una Vida Limpia, que significa el derecho de la Madre Tierra a vivir sin contaminación. Porque no sólo los humanos tenemos Derecho a Vivir Bien; sino que también los ríos, los peces, los animales, los árboles y la Tierra misma tienen el Derecho a Vivir en un Ambiente Sano, libre de envenenamiento e intoxicación”.

Este es un extracto del discurso que pronunció el presidente Morales el 22 de abril de 2009 ante la Asamblea General de las Naciones Unidas destacando su política de protección al medio ambiente.

Los críticos y muchos de los ciudadanos de a pie, están convencidos de que más allá de la medida de beneficio económico que significa la Ley de Amnistía de Vehículos Indocumentados, el país da un paso atrás en el tema ambiental, pues mientras en muchos otros gobiernos, cada vez más se van incorporando medidas que logren reducir el impacto de los gases contaminantes a través de la implementación de autos ecológicos y nuevos sistemas de generación de energía en reemplazo de los combustibles tradicionales; en Bolivia, parece que no sólo el tiempo se detuvo, sino que retrocedió.

En este panorama,  se evidencia como una lógica también, el mayor consumo de combustibles, principalmente gas, gasolina y diesel, aspecto que ha sido minimizado por el Gobierno emitiendo desde el ministerio de Hidrocarburos una recomendación a la ciudadanía en cuanto al uso racional de los combustibles.

Es un hecho innegable que la contaminación atmosférica y acústica están presentes todos los días y desde hace mucho tiempo, pero también es un hecho que el incremento del parque automotor intensificará los niveles y los impactos nocivos en el medio ambiente y la salud.  ¿Estamos preparados?


Fuentes consultadas:
http://swisscontact.bo
http://www.lidema.org.bo
http://elblogverde.com
www.ine.gob.bo
www.ibce.org.bo
www.lostiempos.com

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